En el trabajo: como estas hoy??? …y mañana quién sabe???
La nobleza del deporte.
Psic. Gustavo Nuño m / DT Equipo Trixal
Nos parece que en el ámbito deportivo existe mucha nobleza.
Un tipo le es fiel a la institución y resulta que no vale de nada…contratan al extranjero, pero al fiel lo dejan porque es “importante” para la empresa.
Un tipo es capaz intelectualmente hablando y contratan al imbécil.
El tipo se fue al extranjero a estudiar (que en realidad es tonto y obvio, consiguió beca vía “palancas”), regresa como héroe y con contrato
Llegan tipos tontos al área y al paso de los años se hacen especialistas y sobretodo capaces de dictar leyes y más.
Un tipo se “va” del deporte, años, quinquenios, regresa y ahí esta el deporte esperando por él.
Y cuando muere: salen todas sus virtudes, “que bueno/a era”, “haya sido un buen jefe”, “lastima que nunca le dieron la oportunidad”.
Todos, todos los que no tienen trabajo los mandan al área del deporte y la educación física. Parecería ser que esta área es el caño del área laboral…que bueno que se invento esta área, porque sino muchos no tendrían trabajo.
Me parece que solo se puede contratar a una persona para laborar por tres razones en cualquier institución:
- Por ser el perfecto imbécil y decir a todo que sí (por supuesto a sus superiores).
- Por ser amigo del jefe y con un poco de suerte que sepa poco del área.
- Por ser muy “fregón”…esta es la vía por la cual se contrata a los menos.
Pero al final del paso por dicha institución que sucede: nada!!!
A lo largo del siglo pasado algo sucedió en nuestro modelo del deporte mexicano para no voltear al pasado.
Premeditado, perfectamente planeado o casualidad. Cualquier que sea la respuesta existen una tendencia a desvirtuar y/o borrar el pasado (y más en estos tiempos, dónde se cree que todo inicio en el año 2000).
Lástima por los que pudieron cambiar el rumbo de la historia y no lo hicieron, esos, los que ahora son los héroes anónimos, que hicieron poco o mucho y en este momento ni se les recuerda. Claro, como se les recordara si ni siquiera hicieron el intento de rescatar a los pasados de ellos mismos.
El viejo refrán popular reza: “el que a hiero mata a hierro muere” y los errores se pagan caro, tarde que temprano, pero las facturas se pagan…o no estimado lector???
Nuestro paso por las instituciones es efímero, es un instante, solo un suspiro el cual es más importante el espacio que el tiempo.
Al final de nuestra “salida” de la institución laboral (independientemente del tiempo o causa) solo los recuerdos quedan, y a veces ni siquiera a eso llegamos.
Independientemente de nuestra salida de la institución (muerte, jubilación, intereses) a la cual le dedicamos un corto tiempo o los mejores años de nuestra vida no existe el registro histórico, ni existirá mientras no queramos. El esquema que nos han dejado nuestros antecesores es muy pesado y difícil de romper, pero vale la pena el intento del rescate de nuestro quehacer, el de cada día que nos hace vivir intensamente el presente.
No por pasar a la historia, sino simplemente para que la generación presente corrija, aumente y perfeccione lo bueno y correcto del paso del tiempo profesional para las generaciones venideras y ahí los que más disfrutaran serán nuestros hij@s, ellos que no tienen la culpa de los errores del pasado.
Un comentario más: por esos y muchos otros motivos es conveniente ir escribiendo, rescatando cada instante de hoy, porque el hoy se convertirá en el ayer, y que éste será pulverizado por el tiempo, y el tiempo no perdona.
Al final de cuentas las instituciones se quedan (aunque les cambien de nombre), pero los que nos vamos somos los hombres/mujeres.
Cualquier parecido con la realidad del deporte es desnuda realidad…el deporte (y más el modelo mexicano) es raro o que gran nobleza tiene.
Dicen que todo es cuestión de tiempo y por eso no nos preocupamos, ya que el tiempo es nuestro amigo.
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